“No a las mafias. Basta de impunidad”, así
decía la consigna ideada en la sede de ATE por los militantes de
diferentes agrupaciones y vecinos en general de la ciudad que nos
congregamos a pocas horas del intento de asesinato al gremialista
Alejandro Roganti.
Aquella consigna fue impresa en los talleres de El Diario y levantada como bandera en las multitudinarias marchas que hicimos entre todos para reclamar justicia y solidarizarnos con el “Caño” Roganti y su familia.
Indignados por lo sucedido caminamos por las calles, teníamos en claro que la irracionalidad que hirió a ese trabajador también impactó en cada uno de los que pretendemos una sociedad justa.
En esta ciudad donde los pesimistas dicen que nunca pasa nada, nos reunimos muchos que pensamos distintos para pedir lo mismo: no más mafias, no más impunidad. Claro que no estuvieron todos los sectores, claro que a algunos no les interesó la propuesta ni les conmovió lo que vivía la familia Roganti, pero fuimos más los que sí, los que con mayor o menor vehemencia dijimos que no queríamos que nadie se sintiera desprotegido, pero que tampoco nadie se creyera con impunidad para robar, mentir, matar o mandar a matar.
En el juicio a Sebastián Eve, la Justicia ha dicho que debe profundizarse la investigación para llegar a la autoría intelectual del atentado. Incluso se han pronunciado palabras, ya gritadas en la calle, en relación a los datos certeros que hacen sospechar que a los culpables hay que buscarlos entre aquellos que tienen esas prácticas mafiosas enquistadas en cierto gremialismo para el cual lo único que importa es el éxito económico de los dirigentes.
Se ha condenado por la materialidad de los hechos a Eve y es justo que así sea. Pero en las cárceles hay muchos delincuentes de poca monta como los hermanos Eve y muy pocos de aquellos otros delincuentes que tienen un gran poder económico, y de otro carácter, que les respalda. Por eso, y hasta que exista condena para los que encargaron una muerte, continúa vigente la demanda del pueblo villamariense que dice “No a las mafias. Basta de impunidad”.
Aquella consigna fue impresa en los talleres de El Diario y levantada como bandera en las multitudinarias marchas que hicimos entre todos para reclamar justicia y solidarizarnos con el “Caño” Roganti y su familia.
Indignados por lo sucedido caminamos por las calles, teníamos en claro que la irracionalidad que hirió a ese trabajador también impactó en cada uno de los que pretendemos una sociedad justa.
En esta ciudad donde los pesimistas dicen que nunca pasa nada, nos reunimos muchos que pensamos distintos para pedir lo mismo: no más mafias, no más impunidad. Claro que no estuvieron todos los sectores, claro que a algunos no les interesó la propuesta ni les conmovió lo que vivía la familia Roganti, pero fuimos más los que sí, los que con mayor o menor vehemencia dijimos que no queríamos que nadie se sintiera desprotegido, pero que tampoco nadie se creyera con impunidad para robar, mentir, matar o mandar a matar.
En el juicio a Sebastián Eve, la Justicia ha dicho que debe profundizarse la investigación para llegar a la autoría intelectual del atentado. Incluso se han pronunciado palabras, ya gritadas en la calle, en relación a los datos certeros que hacen sospechar que a los culpables hay que buscarlos entre aquellos que tienen esas prácticas mafiosas enquistadas en cierto gremialismo para el cual lo único que importa es el éxito económico de los dirigentes.
Se ha condenado por la materialidad de los hechos a Eve y es justo que así sea. Pero en las cárceles hay muchos delincuentes de poca monta como los hermanos Eve y muy pocos de aquellos otros delincuentes que tienen un gran poder económico, y de otro carácter, que les respalda. Por eso, y hasta que exista condena para los que encargaron una muerte, continúa vigente la demanda del pueblo villamariense que dice “No a las mafias. Basta de impunidad”.
Jesús Chirino
Secretario de Derechos
Humanos de la CTA- Regional Villa María
Secretario de Derechos
Humanos de la CTA- Regional Villa María
Publicado en "El Diario "
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