La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) homenajeó a los
estibadores de Saint John, en Canadá, quienes en 1979 se negaron a
cargar un buque con destino a Argentina en repudio a los crímenes de la
dictadura y lograron la liberación de una docena de detenidos. Entre
otros, estuvieron Estela de Carlotto, Victorio Paulón y Alberto
Piccinini.
Con casi doscientas personas, el auditorio del anexo de la Cámara
baja estaba prácticamente colmado. Gran parte del público eran ex
presos políticos y participaban de un homenaje a los estibadores de
Saint John (Canadá), quienes durante la última dictadura militar se
negaron a cargar un buque con destino a Argentina en repudio a las
violaciones de derechos humanos y en reclamo de la liberación de
detenidos políticos. Los estibadores canadienses estuvieron
representados por dos de sus integrantes.
“La idea fue hacer el homenaje desde el lugar de los compañeros que
estaban presos en aquel momento”, contó Victorio Paulón, secretario
Gremial de la CTA, que organizó el encuentro.
El acto contó con la presencia de la titular de Abuelas de Plaza de
Mayo, Estela de Carlotto; el mítico dirigente de la UOM de Villa
Constitución, Alberto Piccinini, y otros ex detenidos políticos de la
CTA y la CGT. “Estuvo hermoso”, expresó Paulón. “Fue una gran
oportunidad para achicar la distancia con las personas que ayudaron a
liberar.”
El homenaje recordó la heroica huelga de los estibadores del puerto
de Saint John, New Brunswick, que en 1979 rechazaron cargar un envío de
agua pesada para el reactor nuclear Candu de Río Tercero, instalado a
principios de la década a pesar de que la Argentina no había ratificado
aún el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Los trabajadores armaron un piquete y organizaron una huelga en
solidaridad con los sindicalistas presos en el país. Con la instalación
de la campaña “No Candu for Argentina”, pronto recibieron la atención
del gobierno de Canadá y consiguieron presión diplomática suficiente
para liberar a una docena de presos políticos, entre los que se
encontraban Dante Manzano y Adolfo Curti, protagonistas del Villazo del
’75.
El titular de la CTA, Hugo Yasky, destacó que el sindicato
canadiense “haya ido más allá de lo que los gobiernos planteaban en
aquel entonces, es decir, la hipocresía de quienes decían que en la
Argentina no había una dictadura militar, sino apenas una interrupción
del orden constitucional”.
Pat Riley, representante de los estibadores canadienses, habló en el
encuentro y envió un abrazo sindical. Su par en el gremio, Donald Lee,
comentó su alegría: “Lo que más nos emocionó fue el mensaje de doña
Estela de Carlotto, que en 1980 se acordó de nosotros y fue a
conocernos a Canadá, en una gira de dos meses auspiciada por la
Federación de Mujeres Católicas”, sostuvo en un esforzado castellano.
“Apreciamos mucho el saludo de los compañeros”, concluyó.
Fuente: Diario Página/12
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