En un dictamen contundente, el INADI (Instituto Nacional contra el Racismo y la Xenofobia) dijo que “no cabe ninguna duda de que las expresiones (de Henry Rapetti, funcionario municipal) importan un alto grado de violencia ejercida en forma verbal y de manera sistemática a través de la utilización de alguno de sus caracteres personales en forma peyorativa para expresarle su desprecio”.
La causa se originó en una presentación de María Celeste Combina, empleada del área de Turismo dependiente de Rapetti, acompañada por la CTA -regional Villa María- y la asesora letrada de la Central.
La mujer tuvo que escuchar de su superior expresiones como “a la gorda (para hacerle un anillo) hay que tener un lingote de oro” y otras de la misma índole.
Después de tomar testimonios de ambas partes, el INADI concluyó que ese tipo de expresiones son más graves cuando provienen de un funcionario público.
Agrega que no surgen en el contexto de agresiones mutuas y que además, fueron sistemáticas.
Por todo eso, el Instituto entiende que las expresiones incurren en lo previsto por la Ley 24.515 que condena “los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos”.
Sobre este último punto, el INADI cita el Plan Nacional contra la Discriminación que refiere a la “estética racista”.
Por todo eso, entiende que la actitud del funcionario merece “el máximo repudio moral e institucional”.
Cecilia Pérez Correa, abogada patrocinante de Combina, indicó que ahora irán a la Justicia.
“Es importante señalar que iniciaremos la causa contra Rapetti, por lo tanto, tendrá que reparar con sus bienes los daños causados.”
Paralelamente está iniciado el juicio laboral, dado que Combina no estaba registrada y cobrada la mitad del sueldo de otra compañera, modalidad conocida en el ámbito oficial como “desdoblaje”.
"Lo pasé muy mal", confesó Celeste Combina
Desde el día en que le impidieron entrar a su lugar de trabajo cambiando la cerradura, hasta el dictamen del INADI, María Celeste Combina lo pasó “muy mal”, según ella misma relató ayer.
“Mi cuerpo sufrió las consecuencias de todo lo vivido y estuve bastante enferma”, relató.
Todavía está recuperándose de una operación de la vesícula que le practicaron recientemente. Además, estuvo siete días internada. “El médico me dijo que estaba muy nerviosa. Yo no manifesté el dolor que tenía por todo lo que pasó y eso se terminó reflejando en el cuerpo”, relató.
María Celeste todavía se siente mal por lo ocurrido. No le gusta la idea de hacer pública su enfermedad y hasta, siente vergüenza. “Pero es reparador saber que te dan la razón”, dijo, al explicar la sensación que le produjo el fallo del INADI.
Cada día después de verse obligada a dejar su puesto de trabajo se preguntaba las razones de tanto maltrato. “Yo me preparé, estudié primero como guía turística y luego me recibí de técnica Superior de Turismo y Guía Nacional de Turismo. Ahora estoy haciendo la Licenciatura en Administración de Empresas. Además, nos pusimos la camiseta del trabajo. Si no había cuadernos para anotar lo comprábamos nosotros. No entendimos nunca ese desprecio”, concluyó.
Artículo publicado por El Diario del sur de Córdoba
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