El padre Eduardo de la Serna, el obispo Aldo Etchegoyen, el rabino Daniel Goldman y la hermana Martha Pelloni difundieron una carta abierta a Marcela y Felipe Noble Herrera.
"Hemos podido conocer el pasado jueves 22 vuestra solicitada
aludiendo a su situación. Angustiosa y dolorosa situación reconocida
con total franqueza y valentía por ustedes mismos. Situación, por otra
parte, que no es novedosa para nuestra sociedad y que aparece
atravesada o teñida de conflictos y ocultamientos; una historia que nos
ha marcado con huellas de muerte y desapariciones. En definitiva,
vuestra historia –sin ustedes desearlo– puede ser una de aquellas que
conforman el drama de nuestro país.
Notamos intranquilidad en sus palabras, y desde lo más profundo los
entendemos, los comprendemos y deseamos acompañarlos solidarizándonos
con ello.
Frente a eso, nuestra experiencia pastoral nos permite afirmarles
con alegría y con paz que no hay nada más sanador y liberador que la
verdad, sea cual fuere. Dolorosa a veces al comienzo, pero siempre
liberadora. Nada más coherente con el Dios que anunciamos y en el que
confiamos, ya que su mensaje es revelador de la verdad.
Ustedes aparecen tironeados en la clásica lucha entre la verdad y el
ocultamiento, la luz y las tinieblas; y no dudamos en decirles que no
teman, que no tengan miedo en avanzar confiados hacia la verdad. Ella
sana y abre ventanas de aire fresco y renovador.
En vuestra carta, ustedes hablan tres veces de su identidad, pero a
su vez reconocen que no saben su origen biológico. Del mismo modo que
centenares de personas buscan –como ustedes saben– conocer la identidad
de sus nietos, hermanos, sobrinos. Ustedes mismos reconocen que su
identidad es parcial, y en su memoria, en alguna parte, estará la
sangre de aquellos que los engendraron, probablemente en el dolor. No
es sano para la sociedad, para las familias, ni para ustedes mismos que
quede verdad sin indagarse, oculta y sin investigación.
Confiamos plenamente que el Banco Nacional de Datos Genéticos, como
siempre lo hizo, revelará sin manipulaciones los datos que ustedes
demanden para seguir reconstruyendo esa parte de la historia personal
que no conocen y que tienen la necesidad de buscar. Pueden, entonces,
quedarse tranquilos de la seriedad, transparencia y precisión de estos
modernos estudios garantizados por la ciencia.
El Dios que anunciamos y la fe que proclamamos nos repite que la
verdad, más que un derecho es un deber. En la Biblia, la verdad no es
tanto algo que se acepta o no, sino algo que “debe vivirse”; “debemos
obrar la verdad”, que es fidelidad. Por ese camino andamos en fidelidad
para con Dios y nosotros mismos.
Como pastores de diferentes comunidades y confesiones, no podemos
permanecer indiferentes a nuestra realidad, y tampoco queremos hacerlo.
Porque creemos que es lo que nos ayudará a vivir una sociedad en paz,
en justicia y en verdad. Por eso, con la serenidad que nos da el
compromiso que desde hace años queremos vivir, los alentamos a dejar de
lado el temor y poner la confianza en la verdad y en Dios. Así,
pudiendo conocer su identidad más profunda, podrán desde su lugar
contribuir a la pacificación que los argentinos necesitamos y que sólo
puede alcanzarse en la verdad y la justicia.
Con respeto y fe sincera".
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