El día viernes 23 de julio, cuando a las siete de la mañana
los trabajadores municipales quisieron entrar a sus lugares de trabajo se
encontraron que la Casa Municipal
contaba con una fuerte custodia policial. Es que la gente del intendente
Eduardo Accastello creía que ATE Villa María ese día desarrollaría una asamblea
en el lugar. Ante esa posibilidad, según ha trascendido, dos funcionarios
municipales solicitaron que los agentes
policiales hicieran guardia desde las cero horas del viernes hasta las 14 horas
del mismo día. Esta es la manera habitual que el intendente Accastello ha
encarado la relación con los trabajadores municipales cuando realizan un
reclamo, pero esta vez le anduvo mal el servicio de inteligencia dado que ningún
trabajador sabía de asamblea alguna. Es más algunos policías declararon estar
allí por la supuesta asamblea y cuando el personal municipal manifestaba que no
existía tal cosa las miradas incrédulas de los agentes precedía las pícaras
sonrisas de quienes no se dejarían “sorprender” por una acción de reclamo. Pero
la realidad fue transcurriendo a lo largo de la mañana y de a poco se fueron
convenciendo que no existía ninguna actividad gremial. En cada piso de la Casa Municipal había un agente
de la Policía
de la provincia acompañado por un agente de la Policía Municipal ,
según lo habían dispuesto Mulinetti y Bersano, funcionarios muy atentos a los mínimos
deseos de Accastello.
Es una lástima que la administración que viene apañando a un
funcionario como Henry Rapetti, cuyas actitudes discriminatorias en perjuicio
de una trabajadora municipal fueron confirmadas por el INADI, no se decida a
encarar una relación seria con sus trabajadores. Otro dato para tener en cuenta
es que en la municipalidad de Villa María existe una gran cantidad de personal
precarizado, que no ha sido heredado de ninguna administración anterior sino
por el contrario que ha fue surgiendo de las decisiones del gobierno
accastelista en estos diez años al poder. Por otra parte también hay que
consignar que muchos de los empleados que cobran mediante facturas (como
prestadores de servicios) se llevan 1500 pesos por mes, de los cuales deben
descontar 219 pesos que implica el aporte a la AFIP , por lo que hace poco la CTA sacó un comunicado
hablando de los sueldos de hambre que paga la administración de Accastello en
Villa María. Es el mismo municipio en el cual no se hicieron grandes avances luego de las acusaciones de acoso sexual que realizaron algunas empleadas a pesar que una asamblea de trabajadores pidió que el Intendente recibiera a las misma para escucharlas hablar acerca de los hechos. La misma adminsitración que tiene decenas de causas laborales iniciadas en los tribunales locales.
Para mejorar la relación laboral no existe voluntad, sí para
llenar la Casa Municipal
de policías a fin de que impidan la supuesta asamblea del personal.
Lo que ningún trabajador se explica es de dónde salió la versión de una asamblea de ATE, gremio que aún no se conformado en el municipio.
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