martes, 21 de octubre de 2008

Pedir justicia

Días atrás, integrantes de organizaciones gremiales, políticas y sociales villamarienses fuimos a pedir justicia a la sede de la fiscalía general y del máximo tribunal de la provincia de Córdoba.

Para manifestar nos pusimos las máscaras de Mariela Bessonart que hace tres años ha desparecido, del fiscal Francisco Márquez que fue baleado, de Alejandro Roganti que recibió cinco tiros en su cuerpo y de los más de 20 vecinos muertos en Villa María sin que la justicia pudiera dar con los culpables de esos crímenes.

Literalmente nos cubrimos la cara para mostrarles a los hombres y mujeres de la justicia que en lugar de pedir “manos dura” solicitamos se respeten los derechos de todos los ciudadanos y, de manera especial, el de no convivir con la impunidad criminal. Necesitamos que todos los crímenes realmente sean esclarecidos dado que no existe mayor fuente de inseguridad que la impunidad. Por ello, ante el delito es necesario generar respuestas propias de un sistema democrático, sin apelar al miedo, con el profesionalismo y los recursos necesarios para las instituciones responsables.

No podemos satisfacernos escuchando que es difícil encarcelar a los autores intelectuales del atentando contra el dirigente gremial y político Alejandro Roganti. El sostenimiento de este colectivo de organizaciones, tan disímiles, para reclamar justicia tiene que ver con la imposibilidad de aceptar que todo conducirá a frases como: “se hizo todo lo posible”, “no encontramos pruebas”, etc.

Si la sociedad llegara a convencerse de que no pueden encontrarse a los criminales responsables de la desaparición o muerte de los vecinos o encarcelarse a los autores intelectuales del atentado contra el trabajador de E.P.E.C., estaríamos vencidos por el delito. Por ello es tan fuerte el pedido de justicia real, sin violación de derechos, sin apelar a metodología del pasado negro de Argentina, pero sí con un “nunca más” a la impunidad de los criminales. No decimos que esto sea fácil, pero acaso alguien se anima a sostener que encarcelar a los autores intelectuales del atentado contra Roganti no es una tarea necesaria a la hora de derrotar la impunidad.

No importa cuánto poder económico tengan los autores intelectuales de este atentado, no pueden tener más poder que la sociedad organizada con leyes que establecen claramente condena para el delito que han cometido.

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Firma:

Jesús Chirino - Secretario de DD HH de CTA Villa María

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