sábado, 10 de mayo de 2008

NO A LA CULTURA DEL MIEDO

Desde hace tiempo asistimos al accionar de personajes que pretenden despertar la memoria del miedo, tratando de reinstalar ese horror con el cual históricamente han encarado la realidad social. Sus mentes, seducidas por el ocultamiento y las sombras, idean y ejecutan amenazas y secuestros a militantes comprometidos con la verdad y la justicia. A Puthod le dijeron que ellos “manejan la vida y la muerte” de los que sobrevivieron, a la hija de Hebe le comunicaron “que están volviendo”, a Guillermo Varela le amenazaron diciendo que “es el próximo”, a Sonia Torres la golpearon, a Jorge López se lo llevaron y no lo encontramos. Podríamos seguir con el extenso listado de estos hechos lamentables. Atentados contra quienes luchan por la verdad y la justicia, por el juicio y castigo a los culpables. Tratan de instalar el miedo para cegar la memoria del pueblo. Por ello esas acciones tienen como blanco a cada militante social, gremial o político que piensa y trabaja para una sociedad mejor, con mayor justicia social. En Córdoba estamos a pocos días de iniciar un juicio histórico por la crueldad de quien será juzgado. Una figura que ideó, y ejecutó, la administración del terrorismo de Estado en nuestra región. Los cordobeses sabemos bien de quién se trata, del carácter extremo que adquiere en él la categoría de ser humano, condición que no le negamos, como hizo con los compañeros y compañeras que sufrieron la persecución, el secuestro, la tortura, la muerte o aquellos otros que sufrimos el miedo en las calles, la negación de la información y tantas otras salvajadas surgidas de su mente. Fue necesario transitar tres décadas para que Luciano Benjamín Menéndez fuera sentado en este banquillo de los acusados en la Justicia en tierra cordobesa. Ese lapso de tiempo transcurrido, a pesar de los esfuerzos de los comprometidos con la verdad y el castigo, es una señal que no dejamos de leer. Como tampoco ignoramos la gran perseverancia de cada militante y las organizaciones que hacen posible que Córdoba esté a punto de poner donde corresponde a un personero del terror. Desde nuestra Central de Trabajadores repudiamos, enérgicamente, el accionar de esas mafias que pretenden amedrentar a los argentinos. Y cuando aún resuenan los cinco tiros disparados contra el gremialista Alejandro Roganti en Villa María, insistimos en que no queremos mafias de ningún tipo en las calles y que la única manera de que los argentinos estemos seguros es con los genocidas en las cárceles comunes, y una investigación que esclarezca todos y cada uno de los atentados contra los militantes del campo popular. Celebramos que Menéndez sea juzgado y estamos, y siempre estaremos, junto a cada compañero/a que testimonia en esta y toda causa donde se juzgue a los siniestros personajes que usaron el miedo y el terror como forma de Gobierno tratando de callar toda voz que planteara disidencia. Oscar Mengarelli, secretario General CTA Córdoba Camilo Rodríguez, secretario General CTA Villa María Jesús Chirino, secretario de Derechos Humanos CTA Villa María

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