lunes, 12 de octubre de 2009

Che comandante

El 8 de octubre se conmemoró el Día del Guerrillero Heroico, es que en esa fecha, cuando corría el año 1967, en la Quebrada del Yuro, Bolivia, buscando una cresta para dirigirse al río San Lorenzo fue capturado el comandante Ernesto Guevara.
Aquel fue un combate desigual, un puñado de hombres del Ejército de Liberación Nacional enfrentaron a miles de efectivos del Ejército de Bolivia.
Herido en la pantorrilla izquierda, con su fusil M-2 inutilizado de tanto disparar, el Che cayó en poder del Ejército. Junto a él estaban el boliviano Simón Cuba (Willy) y el peruano Pablo Chano (El Chino). Todos fueron trasladados a una escuelita de La Higuera.
Allí lo ataron de manos y pies, dejándolo en el suelo junto a los cadáveres de Martínez Tamayo y el de Olo Pantoja. Luego lo interrogó el teniente coronel Andrés Selich, con el cual terminó teniendo una discusión ideológica. El 9 de octubre a las seis de la mañana llegó al lugar un helicóptero que transportaba al coronel Joaquín Zenteno Anaya y Félix Rodríguez. Este último fue el mismo agente de la CIA que escribió que el Che parecía “un montón de basura… Estaba hecho un desastre. El pelo enmarañado, la ropa harapienta y rota”.
Eran las 10 de la mañana cuando llegó el mensaje cifrado ordenando el asesinato del cautivo. La inteligencia estadounidense había decidido terminar con la vida del Che.
En diciembre de 1988, Rodríguez comentó a la revista española “Cambio 16”: “Salí y mandé a Terán a que cumpliera la orden. Le dije que debía dispararle por debajo del cuello porque tenía que parecer muerto en combate”. El sargento Mario Terán fue el elegido para disparar contra el Che. El militar se emborrachó para enfrentar la tarea. Cuando ingresó al lugar que estaba Guevara, éste se puso de pie diciéndole que sabía que venía a matarlo. Ante el tembloroso soldadito boliviano la voz del Che le dijo a Terán “dispare, cobarde, sólo va a matar a un hombre”. El dubitativo Terán disparó y el dolor invadió el cuerpo del Che. El sonido del arma volvió a sentirse y una bala perforó los pulmones del guerrillero más heroico.
El poeta nacional de Cuba, Nicolás Guillén, escribiría:
“No porque hayas caído
tu luz es menos alta.
Un caballo de fuego
sostiene tu escultura guerrillera
entre el viento y las nubes de la Sierra.
No por callado eres silencio.
Y no porque te quemen,
porque te disimulen
bajo tierra,
porque te escondan
en cementerio, bosques, páramos,
van a impedir que te
encontremos
Che Comandante,
amigo.”
Enterado de la muerte del Che, en el mismo octubre, Rodolfo Walsh escribió en Buenos Aires un texto que luego publicó la revista Casa de las Américas en febrero de 1968. Allí Walsh dice “Guevara no se proponía como un héroe; en todo caso, podía ser un héroe a la altura de todos. Pero esto, claro, no era cierto para los demás. Su altura era anonadante: resultaba más fácil a veces desistir que seguirlo…”
La misma revista publicó un poema de Juan Gelman que, entre otros versos, dice:
“se fue Guevara una
mañana y
otra mañana volvió
y siempre
ha de volver a este país aunque no sea más que
para mirarnos un poco, un gran poquito y
¿quién se habrá de aguantar?
¿quién habrá de aguantarle la mirada?”
Aquel 9 de octubre de 1967 derribaron el cuerpo del Che, pero siguió en pie el indestructible sueño de un mundo mejor para el cual tanto luchó Guevara, el mismo que supo vivir algunos meses en Villa María a finales de 1946 y principio de 1947.
A tantos años de su muerte la ciudad lo sigue recordando con el monumento al Che en la primera cuadra de la calle Mendoza. Allí estaban el Día del Guerrillero Heroico los estudiantes de nivel secundario, terciario y universitario que componen la “Juventud Guevarista”, repartiendo volantes. Con convicciones firmes, eligieron la calle para andar repartiendo volantes avisando de la indestructibilidad del sueño de una sociedad mejor. Desde la costanera fueron hasta la plaza Centenario, donde se está desarrollando la Feria del Libro. Quizás eligieron la calle porque saben aquel poema de Efraín Huerta que dice:
En
La
Calle
Deben
Pasar
Cosas
Extraordinarias
Por
Ejemplo
La
REVOLUCION.
Escribe: Jesús Chirino Fuente: El Diario del centro del país, empresa recuperada por sus trabajadores de prensa y gráficos.

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