Dolor y pesar por la pérdida de Héctor Quagliaro
La CTA Villa María, como tantas otras organizaciones gremiales del país, hace público su pesar por la desaparición física del compañero Héctor Quagliaro, presidente del Centro Nacional de Jubilados de ATE y
de la Federación de Jubilados de la Central de Trabajadores de la
Argentina (CTA), que fue velado ayer en Córdoba al 2900 de la ciudad de Rosario durante todo el día. Hoy sus restos fueron epultados en el cementerio de la localidad de
Ibarlucea. "El fue nuestra referencia", dijo ayer Víctor De Gennaro.
Compañeros de todo el país, y de las más diversas organizaciones han
expresado su pesar por esta pérdida que enluta a todo el movimiento
obrero y han acompañado a su familia en este momento de intenso dolor.
"Para ser un gran militante político, sindical o religioso, hay que
ser primero un gran tipo. Y eso era Héctor Quagliaro. Un tipo que fue
capaz de dar lo que tenía en los momentos más difíciles y sacar lo
mejor de cada uno de nosotros. El fue nuestra referencia y nos empezó a
transmitir esas cosas que nos permitieron no sólo empezar a abrir la
cabeza, sino también el corazón", había dicho Víctor De Gennaro sobre
el histórico dirigente de ATE y la CTA.
De Gennaro siempre recuerda la primera vez que conoció a Quagliaro.
"Llegamos a la primera reunión con el secretario general del gremio,
Héctor Quagliaro. Nos recibe en el Concejo Directivo, en una oficinita
chica. Íbamos como para pasarles por encima a esos dirigentes. Atrás de
Quagliaro, en un pizarrón leo dos frases: "no basta participar un día
de exaltación en la batalla si no se está preparado de cuerpo y alma
para perseverar". Así, no más. Y abajo decía "el que afloja pierde, y
el que se va es un cobarde".
La vida de este rosarino entró por la puerta grande en la historia
del movimiento obrero de nuestro país. Voluntad de hierro, militante
inquebrantable, supo demostrar su valor por más de 55 años de lucha
sindical. Incluso en momentos terribles para la clase trabajadora, fue
protagonista en la organizació de la resistencia a las diferentes
dictaduras militares que ensombrecieron a nuestra patria.
Pero sobre todo, Héctor Quagliaro supo abrir el camino para que lo
transiten esos nuevos y necesarios compañeros, que van a desarrollar la
conciencia necesaria para ganar “esta lucha que parece interminable”.
La lucha que él mismo definiría como la pelea por “un futuro y un país
con el que venimos soñando desde hace tiempo. Mejores. Donde un Estado
sea eficiente y justo y verdaderamente garantice la salud, la vivienda
y la educación para todos”.
Damos el último saludo a este hombre enorme que hizo de su vida el
acto consecuente de sus pensamientos, y de paso enriqueció
maravillosamente la vida de muchos otros que hoy lo toman como ejemplo.
Desde la ATE y la CTA, acompañamos a sus hijos Leticia y Héctor, y a
sus nietos Franco, Santiago, Lautaro, Genaro y Paulo, en este momento
de profunda tristeza y de dolor.
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