lunes, 12 de noviembre de 2007

MUNICIPALES DE VILLA MARIA

Los compañeros José Luis Bernabé y Jesús Chirino, integrantes de la comisión directiva de la CTA Villa María y empleados municipales de Villa María, en el marco del conflcito que la administración local, a cargo de Nora Bedano de Accastello, mantiene con los empleados, manifestaron que: A todas luces parece ser que el pedido de recomposición salarial de los empleados municipales es una solicitud moderada, que ha merecido, pensamos, una dura reacción de las autoridades locales. Según lo publicado en la prensa el día 10 noviembre de 2007, el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Córdoba, en Villa María la canasta alimentaria tiene un costo de 997,18 pesos para un grupo familiar tipo. Pero, todos sabemos que una familia no sólo necesita alimentos, también se viste, paga la energía eléctrica, el gas, la cooperadora escolar, etc. Una canasta completa que incluye todo esos rubros, según la misma fuente, en nuestra ciudad, eleva su costo a 2.163,88 pesos para una familia tipo de cuatro miembros. Pero no terminan allí las noticias que ha traído el informe del Consejo Profesional de Ciencias Económicas, también dice que en los últimos doce meses la canasta alimentaria, en Villa María, aumentó el 55%. Siendo la nuestra la ciudad que registró el más alto incremento de los precios relacionados con esta mediciones. Pero, cómo si no esto no fuera poco, en el mes de octubre, dice el Consejo de Ciencias, la canasta alimentaria en Villa María aumentó el 10 %. Todos estos datos hacen que la recomposición salarial que solicitan los empleados municipales, del 22%, resulta una tímida demanda ante la agresividad de los precios locales. Por otra parte, la necesidad de una solución seria y responsable por parte de la administración municipal al tema de los empleados indebidamente registrados o no registrados (empleo en negro), resulta de suma urgencia dado que algunos “facturantes” del municipio cobran 500 pesos (pagan 100 en la AFIP, es decir 400 de bolsillo). No puede registrarse mayor indignidad por parte de quienes vociferan que pedir por estos trabajadores es egoísta y que son reclamos basados en intereses particulares. ¿Quién puede sostener que en esas relaciones laborales existe dignidad?. ¿Acaso el Estado puede desentenderse de los costo de la canasta familiar a la hora de pagar su sueldos?. Si fuera cierto que la plata no alcanza para pagarnos un sueldo digno a los más de novecientos empleados municipales: no tendríamos derecho a preguntar quién ha sido tan irresponsable para tomar tantos empleados. O interrogar si no puede recortarse gastos superfluos y asegurar el alimento de las familias de los trabajadores a la vez que se les reconoce como tales pasándolos a planta permanente?. José Luis Bernabé Jesús Chirino

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