domingo, 18 de noviembre de 2007
Municipales: asamblea tumultuosa
Viernes 16 de noviembre
La oferta de recomposición salarial, de parte de la intendenta de Villa María Nora Bedano de Accastello, llegó a un máximo del 3% para noviembre y un 2% para diciembre.
A pesar de lo exiguo del ofrecimiento, y de sus propios dichos, tanto el Secretario General como el Adjunto del SUOEM, Dante Agüero y Fabián Carranza, hicieron fuerza para que la asamblea de trabajadores reunidos en la sede gremial aprobaran la oferta que iba acompañada de 80 pesos en negro para los contratados.
Nuevamente se vio cómo fuerzas extrañas intervinieron en los procesos democráticos de los empleados municipales. Se notó la presencia de aparatos políticos, para dar veracidad a la observación se contó con la presencia del dirigente justicialista José Torres.
Luego de un importante tumulto, el cuestionamiento realizado por empleados del corralón a los compañeros Bernabé y Chirino, acusándolos de “no querer cerrar el arreglo” (que distaba mucho de lo solicitado), se produjeron amenazas de golpes y griterío negándoseles el uso de la palabra al delegado por los jubilados municipales Camilo Rodríguez y otros compañeros que querían exponer sus puntos de vistas. “Votemos que esto se nos va de las manos”, dijo apurado el Secretario General del gremio y en medio del griterío se dio por aprobada, sin posibilidad de discusión, la oferta del ejecutivo.
La asamblea de trabajadores municipales y el lógico beneplácito del Poder Ejecutivo local al lograr complicidades entre dirigentes gremiales, no alcanza para tapar la injusticia de aquellos empleados que ganan 300 o 400 pesos en los Centros de Apoyo al Niño y la Familia. Tampoco se silenciará la gran cantidad de empleados precarizados que tiene la administración de los Bedano/Accastello
Recordemos que el mismo Agüero, junto a otros dirigentes habían dicho en asambleas anteriores que no se levantaba la lucha hasta lograr el “pase a planta permanente de todos los contratados y facturantes del municipio” . El viernes quedó en claro que faltó convicción para que algunos dirigentes sostuvieran la palabra empeñada. Por ahora, lo que se llevarón los contratados es la promesa de que se cumplirá con los exámenes.
Gran parte de la concurrencia a la asamblea, que no estaban de acuerdo con la propuesta del Ejecutivo, ante los disturbios y amenazas, se retiró del lugar antes de producirse la supuesta votación y, en resguardo de su propia seguridad, regresaron a sus lugares de trabajo.
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