domingo, 28 de marzo de 2010

La estiba de la solidaridad y la memoria

Derechos humanos



La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) homenajeó a los estibadores de Saint John, en Canadá, quienes en 1979 se negaron a cargar un buque con destino a Argentina en repudio a los crímenes de la dictadura y lograron la liberación de una docena de detenidos. Entre otros, estuvieron Estela de Carlotto, Victorio Paulón y Alberto Piccinini.

Con casi doscientas personas, el auditorio del anexo de la Cámara baja estaba prácticamente colmado. Gran parte del público eran ex presos políticos y participaban de un homenaje a los estibadores de Saint John (Canadá), quienes durante la última dictadura militar se negaron a cargar un buque con destino a Argentina en repudio a las violaciones de derechos humanos y en reclamo de la liberación de detenidos políticos. Los estibadores canadienses estuvieron representados por dos de sus integrantes.

“La idea fue hacer el homenaje desde el lugar de los compañeros que estaban presos en aquel momento”, contó Victorio Paulón, secretario Gremial de la CTA, que organizó el encuentro.

El acto contó con la presencia de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el mítico dirigente de la UOM de Villa Constitución, Alberto Piccinini, y otros ex detenidos políticos de la CTA y la CGT. “Estuvo hermoso”, expresó Paulón. “Fue una gran oportunidad para achicar la distancia con las personas que ayudaron a liberar.”
El homenaje recordó la heroica huelga de los estibadores del puerto de Saint John, New Brunswick, que en 1979 rechazaron cargar un envío de agua pesada para el reactor nuclear Candu de Río Tercero, instalado a principios de la década a pesar de que la Argentina no había ratificado aún el Tratado de No Proliferación Nuclear.

Los trabajadores armaron un piquete y organizaron una huelga en solidaridad con los sindicalistas presos en el país. Con la instalación de la campaña “No Candu for Argentina”, pronto recibieron la atención del gobierno de Canadá y consiguieron presión diplomática suficiente para liberar a una docena de presos políticos, entre los que se encontraban Dante Manzano y Adolfo Curti, protagonistas del Villazo del ’75.

El titular de la CTA, Hugo Yasky, destacó que el sindicato canadiense “haya ido más allá de lo que los gobiernos planteaban en aquel entonces, es decir, la hipocresía de quienes decían que en la Argentina no había una dictadura militar, sino apenas una interrupción del orden constitucional”.

Pat Riley, representante de los estibadores canadienses, habló en el encuentro y envió un abrazo sindical. Su par en el gremio, Donald Lee, comentó su alegría: “Lo que más nos emocionó fue el mensaje de doña Estela de Carlotto, que en 1980 se acordó de nosotros y fue a conocernos a Canadá, en una gira de dos meses auspiciada por la Federación de Mujeres Católicas”, sostuvo en un esforzado castellano. “Apreciamos mucho el saludo de los compañeros”, concluyó.
Fuente: Diario Página/12


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